La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, asistió a la cumbre del G-20 en Río de Janeiro, señalando un cambio en la política exterior mexicana hacia una mayor participación en foros internacionales. En un contexto global incierto, marcado por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y conflictos en Ucrania, Gaza y Líbano, Sheinbaum se suma a la iniciativa de Luiz Inácio Lula da Silva para combatir el hambre y la desigualdad.
Durante el evento, la mandataria mexicana participará en sesiones sobre desnutrición global y reformas a las instituciones de gobernanza mundial. Además, sostendrá reuniones bilaterales con líderes como Emmanuel Macron, Justin Trudeau y Narendra Modi, consolidando relaciones diplomáticas y promoviendo políticas de desarrollo sostenible. México también busca incorporar propuestas como el programa Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, iniciativas sociales con impacto en Centroamérica.
Sheinbaum y su equipo trabajan para que temas como igualdad de género, cultura, desarrollo sostenible y digitalización sean incluidos en la declaración final del G-20. Sin embargo, las tensiones internacionales, como la postura migratoria de Trump, representan retos significativos. A pesar de ello, Sheinbaum mantiene una actitud prudente en su relación con el republicano, buscando espacios de diálogo sobre migración.
La participación de México en el G-20 marca un renovado interés por influir en las decisiones globales, con un enfoque en reducir la desigualdad y fomentar alianzas estratégicas para enfrentar los desafíos contemporáneos. Este compromiso sugiere una etapa de mayor protagonismo para México en el escenario internacional.